Open-access El liderazgo educativo y la integración estratégica de las TIC en la continuidad del aprendizaje: una revisión sistemática de bibliografía

Educational leadership and the strategic integration of ICT in the learning continuum: a systematic literature review

Resumen

El liderazgo educativo no solo debe enfocarse en mejorar los resultados académicos, también en promover una cultura organizativa que fomente la innovación tecnológica como una herramienta para optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Este estudio examina el papel del liderazgo educativo en la integración estratégica de las TIC, con el fin de prever los desafíos futuros y garantizar la continuidad del aprendizaje. Se abordó a partir del enfoque cualitativo y revisión de literatura, se realizó una búsqueda en bases de datos académicas, en donde se recabaron 61 artículos, de los cuales se seleccionaron y analizaron 10, que cumplieron con los criterios específicos. Una de las conclusiones principales es que el liderazgo docente es fundamental no solo para mejorar la educación en el presente, para preparar al estudiantado para los retos del mundo digital. Las personas docentes que asumen un liderazgo proactivo, apoyado por estrategias y políticas adecuadas, no solo pueden asegurar la continuidad del aprendizaje, elevar la calidad educativa, equipar al estudiantado con las competencias necesarias para enfrentar los desafíos tecnológicos y aprovechar las oportunidades futuras.

Palabras clave:
Liderazgo; educación; TIC; aprendizaje; docente líder; comunidad de aprendizaje

Abstract

Educational leadership should not only focus on improving academic outcomes, but also on promoting an organizational culture that fosters technological innovation as a tool to optimize teaching and learning processes. This study examines the role of educational leadership in the strategic integration of ICTs, in order to anticipate future challenges and ensure learning continuity. It was approached using a qualitative approach and literature review, conducting a search of academic databases, from which 61 articles were collected, of which 10 were selected and analyzed, meeting specific criteria. One of the main conclusions is that educational leadership is fundamental not only to improving education today, but also to preparing students for the challenges of the digital world. Educators who assume proactive leadership, supported by appropriate strategies and policies, can not only ensure learning continuity, improve educational quality, and equip students with the necessary skills to face technological challenges and take advantage of future opportunities.

Keywords:
Leadership; education; ICT; learning; teacher leader; learning community

Introducción

La educación, es un componente esencial para el desarrollo de las sociedades, y su evolución se ha visto marcada por las transformaciones tecnológicas y pedagógicas de cada era. En las últimas décadas, la integración de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en los entornos educativos, incidiendo de forma profunda en la enseña y aprende. Sin embargo, este proceso de integración en reiteradas ocasiones no ha permitido la linealidad y la universal. La capacidad de una institución educativa para adoptar eficazmente las TIC depende, en gran medida de un liderazgo educativo fuerte y estratégico, capaz de guiar a la comunidad escolar hacia el cambio y la innovación. Como señala Sánchez-Torres (2019), "es condición necesaria construir un liderazgo fuerte que impulse y desarrolle una función de coordinación TIC eficaz y capacitada para el cambio" (p.323).

En términos históricos, de acuerdo con Selwyn (2021), Collins y Halverson, (2018) las TIC comenzaron a implementarse activamente en la educación a finales del siglo XX. Sin embargo, la verdadera revolución tecnológica en los centros educativos tuvo lugar durante el siglo XXI, impulsada por el acceso masivo a Internet, dispositivos móviles y plataformas de enseñanza digital.

Por su parte Hadjithoma y Karagiorgi, 2009; Vanderlinde, Dexter, y Van Braak, 2012 (citados por Sánchez-Torres, 2019), expresan que, A pesar de los avances, las investigaciones destacan que la implementación exitosa de estas tecnologías no depende únicamente de la disponibilidad de recursos, sino del liderazgo pedagógico dentro de los centros educativos.

A partir de los retos que trajo consigo la pandemia del COVID-19, el liderazgo educativo cobró aún más relevancia, ya que las instituciones y el cuerpo docente se vieron obligados a adaptarse rápidamente a un entorno de enseñanza virtual. Esto puso de manifiesto la necesidad urgente de contar con líderes capaces de gestionar cambios, aprovechar las herramientas tecnológicas disponibles y asegurar la continuidad del aprendizaje en condiciones adversas. Durante este periodo, el liderazgo docente demostró ser clave, no solo para mantener la calidad educativa, para fortalecer las comunidades de aprendizaje en entornos virtuales (Soto, et al, 2022).

El liderazgo en el ámbito educativo, por tanto, no es solo una cuestión administrativa o de gestión institucional; es un factor decisivo para el éxito en la adopción de las TIC y la mejora de los procesos educativos. Por ello, es muy importante profundizar en los estudios que abordan la relación entre el liderazgo educativo y la integración de las TIC. Estos permiten comprender mejor cómo las competencias de los líderes educativos pueden influir en el diseño de estrategias eficaces de integración tecnológica y cómo estas, a su vez, impactan en los resultados educativos y en la formación de los estudiantes.

El análisis de la bibliografía especializada en liderazgo educativo y tecnología no solo ofrece una visión más clara de los retos actuales, que también proporciona recomendaciones clave para el futuro. Investigaciones como las de Gallego, Gutiérrez y Campaña (2017), citado por Sánchez-Torres, (2019) han resaltado que el liderazgo pedagógico, apoyado en políticas institucionales adecuadas, puede ser el motor de innovación necesario para transformar el sistema educativo. Además, se ha identificado que el papel del profesorado como líder se ha vuelto más relevante que nunca, ya que, en un mundo cada vez está más digitalizado, la comunidad docente debe guiar al estudiantado en la adquisición de competencias digitales esenciales para su vida personal y profesional (López-Noguero et al, 2021).

Por lo tanto, la investigación sobre liderazgo educativo y TIC no solo se centra en mejorar la enseñanza actual, sino que también busca prever los desafíos futuros. La tecnología continuará en evolución y con ella las demandas sobre el sistema educativo. Para enfrentar estos desafíos, es necesario que los estudios continúen la explorando cómo los líderes educativos pueden no solo adaptarse a los cambios tecnológicos, también anticiparlos y guiar a sus comunidades hacia una integración exitosa que beneficie tanto a los estudiantes como a la sociedad en general.

En este contexto, el presente trabajo tiene como objetivo indagar sobre el liderazgo educativo en la integración estratégica de las TIC y cómo esto contribuyó a la continuidad del aprendizaje durante la pandemia. A través de un análisis de diversas fuentes bibliográficas, se busca establecer la relevancia de un liderazgo docente proactivo para enfrentar los desafíos actuales y futuros que plantea el mundo digital.

2. Revisión de la literatura

El liderazgo educativo: Motor del cambio en la integración de las TIC

El liderazgo ha sido ampliamente estudiado y discutido en diferentes ámbitos a lo largo del tiempo, este concepto se ha definido como la capacidad de influir en los demás para alcanzar objetivos comunes, promoviendo la colaboración, innovación y el crecimiento de sus miembros. Este tipo de liderazgo se enfoca en empoderar a los equipos, fomentar un ambiente de confianza y adaptarse a los cambios constantes del entorno digital. Se valora la integridad, la adaptabilidad y la capacidad de tomar decisiones éticas y visionarias, todo ello facilitado por el uso de tecnologías modernas que permiten una comunicación más ágil y eficiente entre los equipos (Ehren et al., 2018, Ortega-Rodríguez et al, 2022).

Sin embargo, cuando se habla de liderazgo educativo, se hace referencia a una función que trasciende la simple gestión administrativa y se enfoca en la dirección estratégica de los procesos educativos dentro de una comunidad escolar. Un líder educativo no solo gestiona recursos, que guía a docentes, estudiantes y personal hacia una visión común de mejora continua (Fullan, 2019; Martínez-Valdivia et al., 2018). Según Hassan et al. (2013) y Yukl (2013), los líderes deben movilizar personas y recursos de manera que se facilite el logro de objetivos comunes, y en el ámbito educativo, estos objetivos se relacionan directamente con el desarrollo integral del estudiantado.

En este sentido, la figura del liderazgo educativo es crucial para asegurar una efectiva adopción e integración de las TIC. Como señala Sánchez-Torres (2019), "es condición necesaria construir un liderazgo fuerte que impulse y desarrolle una función de coordinación TIC eficaz y capacitada para el cambio" (p.323). Este tipo de liderazgo no solo debe centrarse en la mejora de los resultados académicos, en la creación de una cultura organizativa que promueva la innovación tecnológica como una herramienta clave para mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje. Además, un liderazgo fuerte y eficaz es capaz de guiar a las instituciones educativas en la implementación de políticas que aseguren la equidad y el acceso universal a las TIC para todo el estudiantado, promoviendo así la democratización del conocimiento (Area-Moreira et al., 2020).

Actualmente, la noción de liderazgo educativo ha evolucionado hacia un enfoque distribuido, donde varias personas asumen roles de liderazgo en diferentes áreas. Según Sánchez-Torres (2019,), “una estrategia basada en el trabajo colaborativo podría conducir a una función de coordinación TIC eficaz, apoyada en un liderazgo distribuido para la escuela” (p. 323). Este tipo de liderazgo compartido es fundamental en un entorno educativo cada vez más complejo, donde las TIC juegan un papel central. La adopción de nuevas tecnologías y metodologías pedagógicas requiere de un esfuerzo conjunto entre directivos, docentes y coordinadores TIC para garantizar que los cambios se implementen de manera coherente y efectiva.

En última instancia, el liderazgo educativo es un factor clave no solo para mejorar la calidad de la educación en el presente, para preparar al estudiantado para los desafíos del futuro. Un líder educativo que entiende el potencial transformador de las TIC puede guiar a su institución hacia una cultura de innovación continua, donde las personas estudiantes no solo sean consumidores de tecnología, sino creadores de soluciones. Así, el liderazgo educativo no solo impacta en el desarrollo de habilidades tecnológicas, en la formación de ciudadanos capaces de enfrentar los desafíos de una sociedad cada vez más digitalizada y competitiva.

La persona docente como líder transformador en la era digital

El rol del profesorado va mucho más allá de la transmisión de conocimientos. En un ambiente cada vez más digitalizado, se ha convertido en un líder dentro del entorno educativo, encargado de guiar al estudiantado en su aprendizaje y en su adaptación a las nuevas demandas tecnológicas que plantea el mercado laboral. Según Camacho et al. (2022), "la gestión docente fue un factor determinante que garantizó en los estudiantes la adquisición de los aprendizajes básicos vitales para su formación profesional" (p. 906) durante la situación de salud mundial originada por la pandemia de la COVID-19.

Ese liderazgo docente no solo implicó la planificación y la ejecución de las clases, también la capacidad de inspirar a los estudiantes a desarrollar competencias que son esenciales en su vida personal y profesional en un futuro cada vez más digitalizado; logrando así dar continuidad al proceso educativo a pesar de las adversidades y las deficiencias que se abordaron de manera emergente.

Por ello, los docentes, como líderes educativos, desempeñan un papel fundamental en la implementación de las TIC en el aula. La capacidad de integrar estas herramientas de manera eficaz no solo garantiza la continuidad del aprendizaje, que también promueve la innovación pedagógica. Durante la pandemia de COVID-19 quedó claro que los docentes que asumieron un rol de liderazgo proactivo pudieron adaptar rápidamente sus metodologías de enseñanza para mantener la calidad educativa en un entorno virtual (López-Noguero et al., 2021).

Según Camacho et al (2022), "en la pandemia el liderazgo docente se fortaleció debido a que buscó varias alternativas de solución para mantener la calidad de los aprendizajes en un ambiente no presencial" (p. 907). Este liderazgo no solo permitió la continuidad del proceso educativo, que también demostró la capacidad de los docentes para adaptarse a situaciones de crisis y buscar soluciones innovadoras.

En el contexto actual, donde la tecnología está transformando todos los aspectos de la vida, el liderazgo docente es crucial para preparar al alumnado para los desafíos del siglo XXI. Los y las docentes líderes no solo enseñan conocimientos, que también forma ciudadanos críticos, creativos y capaces de utilizar la tecnología de manera ética y efectiva. El liderazgo docente requiere un enfoque integral que no solo aborde los aspectos pedagógicos, también el uso estratégico de las TIC para maximizar el aprendizaje y fomentar el desarrollo de competencias digitales.

Finalmente, el liderazgo docente no solo tiene un impacto en el estudiantado, también en la sociedad en su conjunto. Las personas docentes que lideran con visión y adaptabilidad inspiran a su estudiantado a convertirse en líderes en sus propias áreas de estudio y, eventualmente, en sus comunidades. Un profesorado que lidera y se mantiene a la vanguardia tecnológica está mejor preparado para enfrentar los retos del mundo moderno y formar a una generación de ciudadanos capaces de resolver problemas globales a través del uso responsable y creativo de las TIC.

Comunidades de aprendizaje: Potenciadas por un liderazgo colaborativo

Las comunidades de aprendizaje son espacios dinámicos donde estudiantes, docentes y personal administrativo colaboran para mejorar los resultados educativos y fomentar una cultura de innovación. En este contexto, el liderazgo educativo desempeña un papel central, ya que tiene la capacidad de influir en la cohesión y efectividad de estas comunidades. Según Campión et al (2016), “la función de liderazgo de los equipos directivos puede ir encaminada a la promoción de experiencias educativas que se apoyen en la tecnología para llevar a cabo un proceso de renovación metodológica serio” (p. 149). Este liderazgo no solo se centra en la toma de decisiones, en la creación de un ambiente que favorezca la colaboración, el aprendizaje compartido y la integración efectiva de las TIC.

El liderazgo educativo también tiene un impacto directo en la manera en que se estructuran y funcionan las comunidades de aprendizaje. En un entorno educativo donde las TIC están cada vez más presentes, los líderes educativos deben guiar a sus equipos hacia la adopción de nuevas herramientas tecnológicas que mejoren el aprendizaje. Este tipo de liderazgo, basado en la colaboración y el trabajo en equipo, permite que las comunidades de aprendizaje sean espacios donde todos los miembros puedan aportar sus ideas y experiencias para mejorar el entorno educativo. Como señala Sánchez-Torres (2019), el liderazgo pedagógico y la figura del Coordinador TIC son esenciales para crear un entorno de innovación y cambio dentro de la escuela.

Las comunidades de aprendizaje también son fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales y colaborativas en el estudiantado. En un mundo cada vez más interconectado, es crucial que el cuerpo docente aprenda a trabajar en equipo, resolver problemas de manera conjunta y utilizar las TIC de forma efectiva para alcanzar sus objetivos. Los líderes educativos que fomentan este tipo de dinámicas no solo mejoran los resultados académicos, que también preparan al estudiantado para integrarse en una sociedad donde la colaboración y el uso de tecnologías digitales son esenciales. Un liderazgo que promueve comunidades de aprendizaje activas y colaborativas puede transformar no solo el centro educativo, el entorno social en el que las personas estudiantes se desarrollan.

El papel del liderazgo en las comunidades de aprendizaje es, por tanto, fundamental para el éxito educativo tanto en el presente como en el futuro. Los líderes educativos que comprenden la importancia de la colaboración y la tecnología en la educación están mejor posicionados para guiar a sus comunidades hacia un futuro donde la innovación y el aprendizaje continuo sean parte integral de la experiencia educativa.

Tecnología y liderazgo educativo: Claves para la innovación pedagógica

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han transformado profundamente la educación, no solo en cómo se enseña y aprende, en cómo se lideran y gestionan las instituciones educativas. Las TIC permiten a los líderes educativos tomar decisiones más informadas, gestionar el aprendizaje de manera más eficiente y fomentar la colaboración dentro de la comunidad escolar. Según López-Noguero et ál (2021), “la competencia digital docente hace posible la puesta en marcha de habilidades y destrezas vinculadas con el uso de las TIC para producir conocimiento” (p. 424). Sin embargo, para que esto sea posible, es necesario que los líderes educativos tengan una comprensión clara de cómo utilizar las TIC de manera estratégica y efectiva.

El uso de las TIC en el liderazgo educativo no solo fortalece la gestión institucional, que también facilita la personalización del aprendizaje y la creación de entornos de aprendizaje más inclusivos (Soto et al., 2022). Las TIC permiten a los líderes educativos monitorizar el progreso de los estudiantes en tiempo real, identificar áreas de mejora y ajustar las estrategias pedagógicas para asegurar que todas las personas estudiantes alcancen su máximo potencial. Además, las TIC ofrecen a los líderes educativos herramientas para fomentar la colaboración entre docentes y estudiantes, lo que resulta en un aprendizaje más dinámico y participativo (Santiago-Campión et al., 2016)

Según Bernate y Fonseca (2023), el sistema educativo debe “redimensionar el rol del docente, pero también del estudiante” en el contexto de la era digital (p. 229). En este sentido, el liderazgo educativo debe estar alineado con las demandas del mundo digital, donde las TIC no solo son herramientas, medios para transformar la enseñanza. El líder educativo del siglo XXI debe ser capaz de integrar la tecnología en todos los aspectos de la vida escolar, desde la gestión administrativa hasta el desarrollo de competencias digitales en el estudiantado.

El liderazgo educativo, apoyado en el uso eficaz de las herramientas tecnológicas, tiene el potencial de transformar radicalmente la educación, haciendo que esta sea más equitativa, inclusiva, accesible y centrada en el estudiante. De esta manera, los líderes educativos que utilizan estratégicamente las TIC no solo fortalecen su institución, que contribuyen al desarrollo de una sociedad más justa y preparada para los desafíos del futuro.

3. Métodos

La presente investigación se plantea desde un enfoque cualitativo a partir de la revisión de la literatura, cabe mencionar que, desde este enfoque, esta revisión no es meramente una recopilación de documentos, sino un proceso interpretativo y reflexivo que busca apreciar las diversas dimensiones teóricas y empíricas del fenómeno en estudio. En palabras de Valladolid et al. (2020), este tipo de revisión va más allá ya que busca patrones discernibles, tensiones, vacíos y relaciones entre los textos científicos.

Dicho procedimiento se sustenta a partir de evidencias a través de las cuales se pueden describir fenómenos sociales o situaciones cotidianas desarrolladas en el contexto y que pueden conocerse aplicando técnicas y métodos derivados de fundamentos epistemólogos con los cuales analizar los elementos plasmados en un escrito (Sánchez, 2019a).

Con base en lo anterior, se llevó a cabo una búsqueda literaria en las bases de datos académicas Scopus, ESBCO y Web Science, ya que estas albergan una serie de documentos de carácter científico en los cuales es posible encontrar datos obtenidos a partir de investigaciones realizadas en diferentes países y con diversos puntos de vista sobre una misma temática.

La recolección de información en las bases de datos mencionadas se hizo con palabras clave en los campos de búsqueda del título y el resumen; estas se muestran en la tabla 1.

Tabla 1
Etiquetas de búsqueda de la investigación

Con los resultados iniciales obtenidos, se aplicó una primera exclusión en la búsqueda avanzada de las bases de datos consultadas que consistió en artículos científicos publicados en revistas indexadas, desde donde se consiguieron 61 archivos; a esto se le aplicó una segunda exclusión para que los documentos fueran de acceso abierto y con ello se alcanzó un total de 28 escritos.

A los archivos localizados se les realizó una revisión superficial del contenido y se seleccionaron aquellos que abordaron la educación a distancia, que estuvieran escritos en inglés o español y que se hubieran publicado en los últimos 10 años; este proceso dio como resultado 10 documentos.

Finalmente, se estudió los escritos resultantes a partir de estas etapas: a) eliminar los archivos que se encontraran duplicados y b) eliminar los artículos que no abordaran con amplitud el liderazgo en el contexto educativo, educación a distancia y aprendizaje en línea.

Figura 1
Proceso de selección de artículos

Los artículos incluidos para el análisis se almacenaron en la herramienta de investigación llamada Zotero, la cual “es una extensión libre para los navegadores, que permite a los usuarios recolectar, administrar y citar investigaciones de todo tipo. Importa datos directamente desde las páginas web visualizadas en el momento” (Universidad de Salamanca, 2024, párr.2).

Además, se utilizó la herramienta de análisis bibliométrico VOSviewer con el propósito de realizar construcciones y visualizaciones de mapas en base a simulaciones, así como descubrir la relación de las palabras claves a partir de los nodos que se manifiestan en los documentos indagados. Tanto Zotero como VOSviewer fortalecen la investigación y dan mayor rigurosidad a la metodología cualitativa.

4. Resultados

Con base en el diseño de la investigación y el análisis de la información, se obtuvieron los resultados detallados a continuación.

En relación con los nodos de investigación, se identificó que el análisis de concurrencia de las palabras claves con una repetición mínima de una, obtuvo una frecuencia de 179 palabras de las que se construyeron 12 clústeres, tal y como se muestra en la siguiente imagen.

Figura 2
Relaciones de coocurrencia en los nodos

Respecto a las palabras con mayor coocurrencia, es decir, la relación de proximidad de dos o más términos en un texto, se encontraron teaching, learning, covid-19 y higher education; en el caso de las tres primeras de seis y de cinco en la cuarta. La fuerza total del enlace de estas palabras es de 59 a 38 según se puede observar en la tabla 2; estas cuatro palabras son claves en los documentos analizados, ya que son las que más se repiten y, a su vez, se relacionan con otras para construir los nodos, por lo que podrían considerarse como las más relevantes en el contexto del enlace.

Tabla 2
Frecuencia y nodo de enlace de las palabras claves

También se realizó el análisis de la co-citacion, el cual permite conocer la frecuencia con la que dos documentos son citados juntos en otro(s) documento(s) y con ello la probabilidad de que ambas fuentes citadas estén relacionadas por su contenido; para esto se indagó a los autores con cinco o más citas en los documentos lo que resultó en un listado de 39 autores, en este caso el autor López-Espinosa es quien cuenta con más citaciones (45) y una fuerza total de enlace de 30.65, seguido por Canedo-Andalia con 41 citaciones (Tabla 3).

Tabla 3
Relación de citas entre autores

Finalmente, en la figura 3 se observan muchos clústeres, de ellos hay cinco conformados por 24 autores, es decir, son los que tienen más relación entre sí y en el caso específico de López-Espinosa, autor con más citaciones, está conectado con tres de los cinco, por lo que son los nodos más fuertes en relación con las citaciones de otros autores.

Figura 3
Autores por citación en los documentos

Por otro lado, además de los datos presentados anteriormente, se sintetizaron los aportes más relevantes de los artículos analizados y que son los referentes bibliográficos en el desarrollo de la temática abordada, a partir de una matriz que se muestra a continuación.

Tabla 4
Matriz de análisis documental y sistémico

Desde la estructura metodológica de los diez estudios analizados, el 80% se desarrollaron desde un enfoque cualitativo a partir de análisis bibliométricos de estudios previos, solo un 10% se desarrolla bajo el método cuantitativo y el otro 10% restante son de estudio mixto.

Los artículos analizados abordan en su mayoría cuatro grandes áreas generales como, políticas públicas, perfil de la persona líder, comunidad de aprendizaje y Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); de los que se desprenden los aspectos detallados en las siguientes tablas, según cada área.

Políticas educativas

Los artículos analizados exponen que se deben incorporar políticas educativas que sean pertinentes a dar una respuesta estratégica en cuanto a las condiciones de igualdad de condiciones, en donde los lineamientos no solo recaigan en los hombros de las personas docentes, en los responsables de los altos mandos. Además, que las políticas incorporen las TIC de forma equitativa y accesible para todos, y que permitan un cambio educativo, donde los enfoques innovadores y tradicionales en el aprendizaje integren la tecnología y que esta sea normada, a la vez, se continue con la autonomía educativa y se ajusten con las necesidades de la comunidad educativa (Tabla 5).

Tabla 5
Políticas educativas

Perfil de la persona líder

En cuanto al perfil de la persona líder, las ideas que predominan en los artículos se enfocan en que estas deben estar en constante formación y capacitación, parte de esa adquisición de conocimiento se lleva a cabo a partir del autoaprendizaje y al mismo tiempo, es necesario estar en continua actualización profesional. Además, las personas líderes en educación deben saber sobre diversos temas entre ellos, pedagogía, proceso de enseñanza y aprendizaje y tecnología.

Asimismo, se requiere fortalecer las habilidades blandas, pues se consideran propias de una persona líder tales como la comunicación asertiva y la colaboración, junto con aquella serie de competencias propias del Siglo XXI (Fundación Omar Dengo, FOD, 2019; Morduchowicz, 2021), mismas que se espera que tengan las personas docentes (Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, INTEF, 2017; Crompton, 2017) considerando necesario potencializar también las destrezas relacionas con la investigación dada la gran innovación que se está experimentando en la actualidad a partir de la inclusión tecnológica en el proceso educativo (Tabla 6).

Tabla 6
Perfil de la persona líder

Comunidades de aprendizaje

Por otra parte, la formación de redes y comunidades de aprendizaje flexibiliza la gestión de las organizaciones y conforma nuevos liderazgos; es un espacio en donde la persona puede estimular capacidades e impulsar la mejora continua del profesional. Cabe destacar que la comunidad empodera a las personas integrantes y a su vez impulsa a disminuir la resistencia al cambio en relación con el uso e incorporación de las TIC en el proceso de enseñanza y aprendizaje (Tabla 7).

Tabla 7
Comunidad de aprendizaje

Tecnologías de la Comunicación

Las TIC dan paso a un aprendizaje en tiempo real en donde se pueden tener una mayor participación de las personas, además, estas garantizan condiciones favorables para las organizaciones, dado a que las TIC automatizan actividades que se relacionan con el proceso educativo y además transforman las metodologías con el propósito de la mejora del aprendizaje estudiantil. Por otra parte, las TIC demandan de una formación y asesoría del personal docente en cuanto al uso pedagógico y los procesos educativos innovadores propuestos en las instituciones educativas, además, se debe fortalecer el conocimiento en cuanto a la mediación de las TIC tanto para el desarrollo del liderazgo como para la construcción de procesos innovadores (Tabla 8).

Tabla 8
Tecnologías de la Información y la Comunicación

Tecnologías de la Información y la Comunicación ID3: desarrollo de actividades a partir de la innovación mediada por TIC desde una comunidad profesional de aprendizaje permite el aprender en tiempo real y lograr niveles más altos de participación. Esto no ocurre per se, garantizando condiciones institucionales favorecedoras.

4.1. Discusión de los resultados

Las TIC continúan ganando relevancia en diversos contextos, particularmente en el educativo, donde su aplicación en el liderazgo educativo permite potencializar de manera más efectiva las habilidades de un líder a través de las tecnologías digitales. En este sentido, las TIC no solo facilitan los procesos organizativos, que también impulsan la innovación pedagógica. Según Soto et ál. (2022), el liderazgo tecnológico juega un rol fundamental en la flexibilidad de las organizaciones educativas, permitiendo una gestión más eficiente de los recursos y la implementación de nuevas prácticas pedagógicas que optimizan el aprendizaje.

El uso de la tecnología aplicada al liderazgo educativo no solo mejora la gestión organizacional facilita la implementación de políticas institucionales y promueve la calidad educativa. Como indican Ramón et al. (2022), el liderazgo apoyado en las TIC potencia nuevas iniciativas y proyectos, impulsando la mejora continua y garantizando que la tecnología se integre de manera efectiva en el ámbito educativo.

Además, las herramientas tecnológicas crean espacios de interacción más amplios y diversos, permitiendo a los actores educativos compartir perspectivas culturales y geográficas que enriquecen el proceso educativo. Campión et al. (2016) y Ortega-Rodríguez et al. (2022) destacan que las tecnologías digitales agilizan la comunicación y promueven un diálogo dinámico, convirtiéndose en catalizadoras de la innovación educativa, lo que fomenta la creación de una comunidad de aprendizaje más conectada y participativa.

En cuanto a los docentes, es fundamental que reciban capacitación no solo en el uso de las TIC, también en su implementación pedagógica. Deroncele-Acosta et ál. (2021) y Sánchez (2019b) subrayan que la formación docente debe incluir metodologías activas que integren la tecnología de manera efectiva en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La capacitación es clave para empoderar a los docentes, permitiéndoles enfrentar los retos y superar las limitaciones del contexto actual, a la vez que se mitiga la resistencia al cambio.

Asimismo, un liderazgo docente proactivo requiere una actitud abierta al cambio y una disposición a colaborar con sus pares en comunidades de aprendizaje. Area-Moreira et ál. (2020) y López-Noguero et ál. (2021) señalan que los docentes deben estar preparados no solo en el manejo de herramientas tecnológicas, también en enfoques metodológicos alternativos que fomenten la innovación pedagógica y el uso flexible de las tecnologías en el aula.

Finalmente, todo este proceso debe estar respaldado por políticas educativas claras que regulen la integración de las TIC en el sistema educativo. Como apuntan Area-Moreira et ál. (2022) y Deroncele-Acosta et ál. (2021), estas políticas deben estar adaptadas a las realidades contextuales y normativas de cada institución, garantizando que las TIC se integren de manera coherente y efectiva en los modelos educativos.

5. Conclusiones

El liderazgo educativo es un pilar fundamental en la transformación del sistema educativo en el siglo XXI, sobre todo en la integración estratégica de las TIC y la continuidad del aprendizaje. En el presente, la rápida evolución tecnológica exige que los centros educativos adopten enfoques dinámicos y flexibles, donde los líderes educativos, desde los directivos hasta los docentes, desempeñen un papel crucial. No se trata solo de implementar tecnologías, desarrollar una cultura de innovación y colaboración que pueda adaptarse a las demandas del entorno digital.

Un liderazgo educativo fuerte permite que la tecnología se convierta en una herramienta poderosa para mejorar los resultados de aprendizaje, ya que facilita un entorno en el que el conocimiento puede ser compartido de manera más eficiente y personalizada. Como señalan López-Noguero et al (2021), "la competencia digital docente hace posible la puesta en marcha de habilidades y destrezas vinculadas con el uso de las TIC para producir conocimiento" (p. 424). Este proceso de modernización debe centrarse en la preparación de personas estudiantes que no solo sean consumidores de tecnología, creadores de soluciones tecnológicas innovadoras tanto durante su proceso de aprendizaje como en su papel de ciudadano activo de la sociedad dentro del mercado laboral.

De cara al futuro, es indispensable que las personas docentes, como líderes dentro y fuera del centro educativo, estén a la vanguardia en el uso pedagógico de las TIC. Un profesorado que asume su rol de liderazgo no solo mejora su propio desempeño, que inspira a las personas estudiantes a adoptar un enfoque proactivo en su propio aprendizaje. Durante la pandemia, quedó demostrado que las personas docentes que asumieron este liderazgo pudieron mantener la calidad educativa incluso en entornos desafiantes, lo que subraya la necesidad de contar con profesionales capacitados no solo en contenidos, también en herramientas digitales. Como señalan Camacho et al (2022), “el liderazgo docente se fortaleció debido a que buscó varias alternativas de solución para mantener la calidad de los aprendizajes en un ambiente no presencial” (p. 907).

Este liderazgo docente no solo es vital para el éxito individual del estudiantado, también para el desarrollo de una sociedad más equitativa y competitiva. La educación es la base del progreso social, y el uso estratégico de las herramientas tecnológicas, liderado por educadores capacitados, puede cerrar brechas de desigualdad al brindar a las personas estudiantes, independientemente de su contexto, acceso a una educación de calidad. Al formar estudiantes con una sólida competencia digital, se contribuye al desarrollo de ciudadanos mejor preparados para los desafíos del siglo XXI, no solo en el ámbito laboral, en su capacidad para ser parte activa de una sociedad interconectada y globalizada.

Además, el profesorado debe ser líder porque, como mencionan Camacho et al (2022), "solo un líder puede formar líderes" (p. 907). La función de un docente líder es también la de formar ciudadanos críticos, responsables y capaces de liderar en otros campos, promoviendo una cultura del aprendizaje continuo, creatividad y adaptación. Un docente que está a la vanguardia tecnológica también promueve en sus estudiantes una visión más abierta e inclusiva de la sociedad, preparada para aprovechar las oportunidades de un mundo cada vez más digital.

Para que el sistema educativo responda adecuadamente a los desafíos del presente y del futuro, no basta con la simple incorporación de tecnología; se requiere de políticas educativas y de formación docente que prioricen el liderazgo en clase. Los centros educativos deben ser espacios de experimentación y crecimiento, donde el liderazgo docente impulse no solo la adaptación tecnológica, una pedagogía transformadora que motive al estudiantado a ser protagonista de su propio aprendizaje. Como apuntan Bernate y Fonseca (2023), el sistema educativo “requiere que los procesos se centren en la era digital, redimensionando el rol del docente, pero también del estudiante” (p.229). En este sentido, las personas docentes deben estar capacitadas no solo para manejar herramientas tecnológicas, para integrar estas de manera significativa en su práctica pedagógica.

En resumen, el liderazgo educativo, y particularmente el liderazgo docente, es crucial para mejorar la educación tanto en el presente como en el futuro. El profesorado que asume este rol, apoyado por estrategias y políticas adecuadas, puede garantizar no solo una continuidad en el aprendizaje, una educación de mayor calidad que prepare al estudiantado para los desafíos y oportunidades del mundo digital. Un docente que esté a la vanguardia tecnológica, que sea capaz de innovar y de liderar cambios, no solo garantiza su propio desarrollo profesional, contribuye al avance de la sociedad en su conjunto. Es, en definitiva, un factor clave para formar a las nuevas generaciones de líderes que enfrentarán los retos del presente y futuro.

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    26 Abr 2025
  • Fecha del número
    Dic 2025

Histórico

  • Recibido
    02 Oct 2024
  • Acepto
    26 Abr 2025
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